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SS eo DIA XXV. TODO COMO EL PRIMER DIA. MEDITACION. Devocion del Corazon de Maria « Como la sabidurfa divina edificé en la Virgen Mts una casa para habitarla ella misma, son tan preciosas las’ columnas que puso en ella, que aunque al parecer se asemejen 4 las de otras moradas, donde la misma sabi- duria ha residido, se advierte que son singulares y fni- eas, tan pronto como se fija la atencion en ellas. Son estas_ columnas la fé ef las buenas obras; y como al fundar este alcfzar para si, queria Dios darlo como tipo y ejemplar 4& cuantos tuviesen la felicidad de entrar por la gracia en _ la amistad divina, decreté que ademas de ser preciosisi- mas éstas columnas, fueran tambien de perfectisima igual- dad en su hermosura; (1) porque Maria fué predestinada no solo & ser la maestra de la fe para todos los creyentes, sino tambien de la verdadera devocion del alma. Y con- sistiendo esta en el ejercicio nunca interrumpido de todas las virtudes con el fin de vivir unido con Dios en caridad, buscando en todo su gloria y en nada nuestra satisfac- cion, de ahi es que no podemos contemplar 1a incompa- (1) Sapientia wdificavit sibi domun, id est Matrem, et ipsam dig- num sibi habitaculum fide et operibus. prwparayit. Div. Bern. Serm. 52. in divers.