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— 109— ? DESPUES DE LA COMUNION. Jesucristo en la Eucaristia nuestro redentor. Los redimiré de la muerte. Osea. cap. 13. v. 14. PUNTO PRIMERO. Hubo en el pueblo escogido muchos caudillos sus- citados por Dios en distintas épocas, 4 quienes el mismo que los escogia, revestia de un poder extraor- dinario para atacar y destruir 4 los enemigos de Is- rael, y librarlo de la servidumbre 4 que se veia re- ducido: y era tanto el entusiasmo con que el pueblo celebraba la virtud de sus libertadores, que los Ia- maba salvadores de la nacion. 1 Pero & ninguno de ellos convino este nombre sino en figura, siendo Jesucristo solamente quien con toda verdad y rea- lidad es el salvador y redentor: porque aquellos capitanes salyaban una ciudad, 6 un pueblo de la tirania que lo oprimia: mds para conseguirlo, derra- maban la sangre de sus adversarios, y aun muchas. veces dejaban tendidos en el campo 4 sus mismos hermanos, conquistando para los que quedaban con vida una libertad precaria y algunas ventajas tem- porales de corta duracion; Jesucristo entre tanto conquisté la libertad del pecado y de la muerte eter- na para todo el linage humano, y para lograrlo no 1 Jud. cap. 3. v. 9. y 15,

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