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_—i miserias, y fatigados por los trabajos de esta vida, acudimos llenos de confianza 4 Jesucristo, estando ciertos de que nos ha de favorecer, pues él tambien participé de las mismas cosas, 1 y en cuanto padecié y fué tentado, es poderoso para socorrer d los que son tentados. * Y¥ por otra parte, al acercarnos 4 él para pedirle auxilio, lo vemos con los ojos de la fe, coro- nado de gloriaa de honor: y no podemos contem- plarlo ensalz sobre todas las cosas, y sentado 4 a diestra del Padre por haberse humillado 4 padecer y morir, sin que se abrasen nuestros corazones en deseos de sufrir trabajos por su amor: pues vemos que lo que aqui es para nosotros de una tribulacion momentdnea y ligera, engendra en nosotros de un mo- do maravilloso wn peso eterno de gloria,» ;O cari- dad divina! ;O felicidad humana! Dios se nos ofrece como padre: pero su Hijo senos d& como hermano. ;Habraé por tanto quien dé una sola mirada 4 los Dieses del mundo, cuando posee todos los tesoros de Dios? O Jesus mio, yo soy feliz en vuestra posesion, y no deseo mas que ceros vuestra bondad in- finita, y perder mi vida entre los tormentos mas crueles, antes que poner mi corazon en ninguna co-- sade este mundo. Sones bee PUNTO SEGUNDO. No solamente es Jesucristo nuestro hermano por haberse hecho hombre, sino tambien porque en él hemos sido llamados 4 ser ticipantes d la natu- raleza divina, 4 resultando de ahi. una union inefa- > Hebr. cap. 2. ¥. 14.—* Ibid. v..18,—* 2. Cor. cap. 4. ¥. 17. —4 2. Petr. cap. l.v. 4 - F
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