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Tn mas, ni estés animado de estos deseos, no obstante que no hayas recibido dentro de tu pecho menos que lo que tuvo en su seno la Virgen Maria: pues tu es- poso es el mismo Hijo de Dios que se hizo hombre en el seno de esta Virgen, y el mas hermoso de los hijos de los hombres, quien te ha engalanado en la tierra con todas las joyas de su gracia, para vestirte algun dia de la estola incorruptible de la inmortali- dad, concediéndote por gracia lo que él tiene por naturaleza, pues no es menor el honor que dispensa & sus esposas el rey de los siglos. r jAh! En verdad, alma cristiana, ti no has procu- ad o meditar esta dignacion de tu esposo divino: por que si lo amaras como debes, no dejarias pasar un solo dia sin que hablases cara 4 cara con Jesucristo, tratando con él con intimidad de animo y con efu- sion de corazon, ya que tan cerca lo tienes en la Eucaristia, y tan 4 menudo lo recibes dentro de ti. Mas, aunque frecuentas los sacramentos, tiene mas aa en esto la costumbre que la devocion, atendi- o que aun te deleitas en las vanidades, y deseas agradar 4 los hombres. ;O alma infeliz. desposada con Cristo, unida 4 Cristo, y sin amar 4 Cristo! ;Asi abandonas el cetro del reino, el trono celestial y las lorias que te ha de dar tu esposo, si le eres fiel, por as inmundicias de la carne, por el humo de la vani- dad, y por los harapos del mundo? No ser4 asi, Je- sus mio, no sera asi: vos sois el esposo de mi alma, mi amor, mi esperanza, mi gloria, y las delicias de mi corazon: yo os prometo or, ser fiel 4 vuestro eceros eternamente la misericordia, amor, y en “con que habeis mirado mi bajeza, y mi nada, y me habeis dado vuestra gracia para amaros.