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85 tesoros y los comunica con prodigiosa largue- za á las olmos que penetradas de un espiritu de religion y de piedad la oyen con toda atencion. Se ganan en este caso nada menos que tres mil y ochocientos años de indulgencia (1) Tenga destinada una hora la mas desocupada que le ofrezcan sus quehaceres 6 cuidados para juntar la familia y leerles un libro espiritual, ó vidas de santos, como se dijo ya en su lugar. Recomiéndase á los padres y madres de familia que entre otros libros lean la agradable preciosa y devota obrita en dos tomos titulada: Conversa- ciones familiares sobre la Doctrina cristiana. Cuando acabe sus ocupaciones y venga á comer 4 su casa, retírese á su cuarto, y puesto de ro - dillas delante de” Jesucristo crucificado, pase la vista brevemente por lo que ha dichoó hecho, y si ha habido alguna falta, pida perdon al Se. ñor con fervor proponiendo la enmienda. Esta diligencia para que no sea molesta, y se prac- lique inviolablemente todos los Cias, mo debe du- rar mas de cinco ó seis minutos. Examinese el propósito de la mañana, véase si ha habido pre- sencia de Dios, y á la luz de estos dos punti- (1) Ap, Ligor. Tract. Dispos. ad morten.

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