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63 cho: quiérelo, hijo mio, con toda tu: alma. Es- plíquele de esta manera tan sencilla y espresiva lo mucho que Dios ha hecho con nosotros, ya en- carnándose Ó haciendose hombre, ya padeciendo por nuestro amor. Esplíquele que la Misa es una representacion de la pasion de Jesucristo, que diariamente se ofrece por nosotros á su Eterno Padre: que se debe estar en la Misa con el res- peto y admiracion misma con que se estaria en el monte Calvario viendo crucificado á Jesucristo. Cuando rece delante de alguna imágen de Maria Santísima, dígale: ,,Mira, hijo, esa es tu Madre hermosísima, amabilísima, que le quiere y ama mas que la que te dió el ser.** Enséñale 4 mirar con horror al pecado: Cuando cometa alguna fal- tilla, dígale: ,,hijo mio, no hagus eso, porque con esa accion enojas a tu Dios, y te pones de par- te de los verdugos que lo crucificaron: mos bien quiero verte muerto que caido en .el pecado. Cuando vea algun pobrecito desnudo ó enfermo, dígale: Hijo mio, ese que ves abí tan pobreci- to, es hijo de Dios como tú, es de tu misma carne, compadécete, mira como está : ¿qué qui- sieras tú que hicieran contigo, si te vieses co- mo ese pobrecito se ve? ¿No es verdad que qui- sieras tú que te socorrieran? Pues anda, bésale