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dl interes), consúltense varones prudentes y piado- sos, singularmente al confesor, que ya debe es- tar impuesto en su genio, humores, inclinacio- nes y propensiones de su ánimo. Dios obra or- dinariamente por medio de las causas segundas, y no hace milagros sin una urgente necesidad, y lo que quiere que hagamos nos lo manifiesta por otros hombres. Esto diceel Señor (1) «Pre- guntad cuales son las sendas antignas : cual es es buen comino, y seguidle.» Asi habla Dios por Jeremias: «Al' oecio, dice el mismo-en los Pro- verbios (2), le parece acertado su proceder, pero el sabio toma los consejos de otros,» Y cuan- do S. Pablo esclamo: Señor, ¿qué quereis que haga? el Señor le contestó: levántate y entra en la ciudad, y alli te se dirá lo que debes ha- cer: como en efecto asi se verificó. Hijo mio, díce el: Espiritu Santo, (3) no hagas cosa algu- na sin consejos y no tendrás que -arrepentirte despues de hecha. Pero cuidado que es muy pe- ligroso por lo coman cuando se trata de consa- grarse á Dios en el estado eclesiastico, tomar con- (1) Jerem. 6. 16. (2) Prov. 12. vu. 15. (3) Eccli. 32, 24.