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Du el sacramento de su cuerpo y de su sangre, di- gale entonces llena de una santa y amorosa con- fianza lo que Samuel cuando era niño: Háblame Señor, que tu siervo oye. (1) Para que esta eleccion se haga santamente, ponga delante de sus ojos toda clase de estados, para los cuales vea que se halla con mas aptitud ó proporcion, porque Dios no llama á ninguno que es inepto, bien que este examen es arriesgado que lo haga sin haber consultado antes y haber me- dido sus fuerzas en la santa oracion. Considere despues en cual de los estados que sele presen- tan podrá mejor y masoportanamente conseguir su último fin ó la eterna salvacion de su alma. Me- dite sus ventajas, y vea cual esel que presenta mas: que medios ó que impedimentos en órden á su alma y á su salvacion. podrá esperar Ó temer si se resuelve: vea 'que es lo que pesa mas: con- sidere que aconsejarian en semejantes circunstan- cias á un amigo queridísimo sujo 4 quien quisie- se salvar eternamente, y esto aplíqueselo ¿6 si- mismo. Refleccione que desearia haber hecho en el artículo de la muerte, cuando todas las co- sos que ahora deleitan serán como si no fuesen; (1) 1 Reg. y. 3. 9.