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44 do hablar al mismo Jesucristo, como. si á él so- lo se dirigiese cuanto está diciendo el sacerdote. No sea de aquellos que van á censurar Jo. que dice el predicador, ó aplicar á otros los exor- tos y lus reprensiones con que se trata de ater- rar á los pecadores, quedándose ellos sin percibir fruto alguno. Si el yue ha hecho confesion general es hom- bre desocupado, y vive en ciudad ó pueblo gran- de donde hay proporcion para todo lo que se quiere, seria muy oportuno que cada año hiciese los ejercicios espirituales, retirándose á alguna casá religiosa, esto es, algun convento Ó monas- terio. Cuando esto no pueda hacer. haga los e- jercícios espirituales en su propia casa, encargan- dole a otro los negocios que puedan distraerlo, como lo haria si se le ofreciese una enfermedad grave , aplicándose por espacio de ocho ó diez dias á la oracion y leccion espiritual, examinan- do.en aquel tiempo su conciencia de todos los pecados y: faltas ocurridas en el año. El nego- cio de ja salvacion es importantisimo, es el pri- mero de todas los negocios y ocupaciones. Si e. este mo adelanta, todo va perdido. «llemos dudo á los negocios del mundo un año, decia un San- to Padre, demos al alma algunos dias.» Del mis-