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42 de leccion espiritual, como se dirá cuando se ha- ble de la distribucion del tiempo. Antes de leer llámese al interior, y hágase cargo de que Dios es quien le va á bablar, dígale «abre mis ojos, Señor, para que en esta leccion me conozca yo á mi, y te conozca á tí. Yo oiré con respeto lo que en mi hable el Señor. No, no buscaré el en- tretenimiento vano ni la curiosidad inútil, sino la salud de mi alma.» Los libros quese han de leerse han de con- sultar antes con el coufesor sábio y prodente, pero en general podran leerse cualquiera de estos, «Los ejercicios de san Ignacio: Pensamientos eris- tianos: Kempis: la Guia de pecadores de Fr. Luis de Granada: Diferencia,entre lo temporal y eler- no del Padre Eusebio Nieremberg: la Introdue- ciou 4 la Vida devota de san Francisco de Sa- les: el Y. Alonso Rodriguez eo sus Ejercicios es- pirituales; y las vidas de aquellos santos que son de su estado y profesion.» Si tiene familia, jún- tela y haga el que todos escuchen con atenta devocion, y sino puede Ó no sabe leer, que lea algun otro mientras los demas trabajan con si. lencio. Media hora que se emplee en este ejercicio atraerá sobre su casa y familia la bendicion: del Señor, con cuantos bienes, provechos y premios