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34 leras. El lujo hace insoportables los matrimonios por el fousto de las mugeres, multiplica los ce- libatos voluptaosos y libertinos, doble causa de nuestra decadencia y despoblacion, y dando á las riquezas un precio que ellas no tienen, se qui. ta toda consideracion á la honestidad, al recato y á la virtud. Este es el lujo considerando en lo político y.mo - ral. ¿Y habrá quien despues de su conversion á Dios quiera sostenerlo como ¿osa inocente? No hablo ya de aquella «dlesemboltura y deznudez cho- cante que repugna, y coutradice átodos los prin- cipios del pudor. Es menester haber llegado á un grado de ceguedad, de dureza y de insensi- bilidad inconcebible para unir esta criminal con- ducta con la conversion y la pevitencia. Cual. quiera sabe que la que se halla en este cago, aun cuendo no haga mas que usar de tales telas y de tal aptitud, en su vestido que incite y mue- va, no está en disposicion de recibir Sacramentos. Venga la jóven convertida á los pies de Jesucristo cruficado; pero repare la disposicion en que se halla su Dios enel potíbulo de la Cruz. Aquella desnudez yergonzosa, oquellas heridas, aquella co- rona de espinas, aquellos clavos, aquellos dolores y pobreza ¿podrán tener aleuna conformidad non