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13 $ 22 Elegir un buen confesor. Movida ya el alma; para que estas resolucio- pes sean verdaderas se pondrá la vista en el sa- cerdole mejor, y que se acomode mas con sus de- seos de salvarse. Convendrá (si es posible) sea el mismo con quien hizo su confesion general, y á este tomará por su confesor constantemente, dan- dole aviso de esta su determinecion para que cuente con él, y lo mire con aquel particular aprecio con que se mira lo que nos toca de cer- ca é interesa. Si en el pueblo ó aldea no hay esta propor- cion, se vé si la hay en la aldes inmediata, ó en otra aunque sea algo retirada. ¿No se andan diariamente los caminos para ir á las ferias, á los mercados (1), y para buscar con el tráfico el alimento perecedero de un cuerpo miserable, que al fin ha de venirá parar en una sepultura? ¿Pues (1) Alude á la costumbre de Galicia, en donde no hay dia del año en que no se vean mugeres 4= travesar los caminos para ir á las ferias y mer- cados. ;
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