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159 envidia á losserafines mismos: todos los malos mo- vimientos de su alma y de su cuerpo quedan re- primidos... aquella recibe una fuerza tal, que se hace: capaz de causar temor al infierno todo: las virtudes quedan afianzadas con este manjar, pu- diendo decir el cristiano, que la fuerza de Dios es su fuerza, porque vive con su. misma vida. Para que resulte en nosotros dicha. tan enyi- diable de la comunion sagrada, es necesario que nos. preparemos mucho y que sepamos el benefi- cio que Dios nos hace en alimentaraos con su misma carne..: No se trata aquí de preparar ha- bitacion para hombres, sino se prepara habita- cion para el mismo Dios (1). Purifiquemos nues- tra alma de toda imperfeccion probándonos á no- sotros mismos, como lo:manda el apóstol. Acer- quémonos con una humildad profunda consideran- do «quien viené, á quien viene, para que viene....» Viene el rey inmortal de los siglos riquísimo, her- mosísimo, «poderosísimo , en. su misma, carne y sangre, alma y-divinidad..,.. viene 4 hospedarse en el pecho de una miserable críatura que tantas veces le ha ofendido y que merece mil infier- nos... Viene para decirnos, «todo te lo daré (1) 1 Paralip. 29.

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