BCCPAM000327-3-35p2d000000000
AA rando á las olas, se estremece y espanta, asi el nuevo penitente cuando despues de una bu*ua con fesion se siente en gracia de Dios, lo primero que hade hacer es entrar dentro de si mismo, y con- siderar el favor que Dios le ha hecho. Levante su corazon lleno de gratitud hácia el Señor que lo ha tratado con tanta dulzura, y con la mayor es- presion de su alma dígale: «¿Qué esesto, Señor? ¿Qué acabais de hacer conmigo ? ¿Cómo habeis perdonado á un tan grande y abominable pecador? ¿Cómo no se ha cansado vuestra paciencia de sufrir tantas y tan horribles culpas? ¿Quién soy yo, Señor, para que me háyais amado tanto, que no habeis querido mi muerte sino esta conversion mia, estas lágri- mas de mis ojos, este sentimiento de mi cora- z0n? Bendita sea. Señor, tanta bondad. No merez- co ser vuestro hijo: he pecado contra el cieloy contra vos, el mas dulce de los Padres; ten mi- sericordia de mí, que yo te doy palabra de ja- mas, jamas volver otra vez á ofenderte. Alaben la bondad de tu dulcísimo corazon los ángeles del cielo, que tanto interés toman en la conversion de un pecador; olábenla todos los santos, espe- cialmente déle gracias la Reina de todos, mi abo- gada, mi medianera Maria Santísima, por quien h* recibido tan grande misericordia.»
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz