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133 le hubiera sucedido al caminante de Jericó si hubiera rehusado la saludable medicina del Sa- maritano. Por este Sacramento no solo se perdonan los pecados por horrendos que sean, sino que ademas se le confiere al alma una gracia peculiar, que es para ella un tesoro de infinito precio, y como el gérmen de la Gloria eterna que le espera. Tres cosas se necesitan para recibir bien este Sacramento. Contricion de corazon, Confesion de boca, y Satisfacción de obra. En la Centricion se incluye el Propósito, en la Confesion el Exá- men, que son las cinco circunstancias necesarias para confesarse bien. «La Contricion, dice San Juan Crisóstomo (1), se hace con el corazon, la , Confesion con los lábios, y la Satisfaccion con la humillacion al Sacerdote, poniendo en obra lo que mande, para que nos reconciliemos con Dios de Jos mismos modos con que le ofendimos. Ul- traja el pecador á su Señor con el corazon, con la boca y con la obra; y es menester que yuelba á sus brazos por el mismo camino. La Contricion una es perfecta, otra es imper- fecta Óó menos perfecta que se llama Atricion, La (1) Serm. de remit.
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