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7 lleno de ignorancia. cree que el confesarse solo consiste en decirle los pecados al confesor, y si se vuelven a cometer está persuadido que en re- pitiendo la difigencia misma ya está todo hecho para la salvacion. Viven muchos persuadidos que todo el negocio está en este acto esterior no enidando de la interior disposicion de sus almas. Como el que tiene de costumbre vestirse la ro— pa limpia cuando la que tiene encima se ha en- suciado mucho, pero con tácita resolucion de ha- cer lo mismo con la que acaba de vestir, asi los mas de los que se confiesan van á despojar— se de la vieja ropa de sus pecados, y á vestir- se de la investidura de la gracia para volver 0- tra vez á sus inmundicias y desórdenes. Este es el principio de donde nacen tantas confesiones sacrílegas. Para poner algun remedio á un mal que es la causa primera de la condenacion de tantos eris- tianos como cada dia se precipitan en los abis- mos, he resuelto formar un arreglo tal de vida siendo sencillo y el alcance de cualquiera per- sona, pueda asegurar la salvacion eterna, que es lo que nos importa. Empecemos en el nombre del Señor.

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