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Mi x ¿ 1 104 tura mas humildes(á no ser que esté enfermo), persignese, haga un acto fervoroso de contricion, doliéndose de todos sus pecados cometidos en to- da sa vida, dando sobre ellos una mirada de horror: póngase delante de Dios, y figúrese que lo. está mirando. Hecho esto, humíllese mucho como se humilla el mendigo que va á pediru- na limosna: conozca su vileza y dígase ássi mis. mo: «¿Quién soy yo para que Dios «me sufra en su presencia? ¿Yo el «pecador mas abominable que ha sufrido la paciencia de Dios sobre la tier- ro; yo que he cometido -este y aquel pecado hor- roroso en aquel tiempo; que he vivido como: si fuese un. bruto, una fiera; yo tan inmundo, tan sucio, tan digno. de desprecio hablar á mi Dios?.. A mí Dios, que es un Señor de magestad infini- la, de hermosura inefable, de omnipotencia in- comprensible, he de hablar yo? ¡O bondad! O dig- nacion dulcísima! Alma mial aprovechate de: esta Ocasion. Ahora es tiempo de que sanes de tan abominables males: tu Dios te quiere dar la sa- Jud: vamos, vamos á él.con la confianza con que el hijo pródigo llegó 4 los.pies de su buen Pa- dre,» Hecho esto se invoca al Espiritu Sánto, á Mario Santísima, y ú4 los santos de su deyo- cion, $ se pasa- sencillamenteá- la «Meditacion. »

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