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| | j ' ! 98 sus obscenidades y conversaciones de mu:imura- cion,. participa de sa culpa. En estos casos cor- ríjalos con el ejemplo, ya que no sea con la boca, y quédese tranquilo en la paz del Señor. No tenga trato ni intimidad con ninguno de los compañeros: á todos trátelos con afabilidad y dulzura como Dio3manda; mas familiarided con vinguno. No vaya, por mas que le instená uin- gun convile que le hagan, nijamas se junte con ellos en la casa del vino, aunque le importu- nen demasiado, aunque le rueguen, y vean que han de quedar enojados, y esto ní aun por un solo momento. Estas reuniones deben abomi- narse por todo cristiano que desea su salvacion. De lo costrario vo estará mucho tiempo sín caer en lo culpa. Amigos, rarisimos ó niugUno: á su negocio, que el tiempo de la vida se acaba, y sí por desgracia perdemos á Dios cayeudo en la culpa, y en este estado mos coje la muerte, mas valia uo haber nacido. Por Dios que no se ol- viden estos consejos que son importantísimos.