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97 «Gracias os doy, Señor, porque os habeis dignado darnos de comer Sin. mérito nuestro, se- lo por un efecto de vuestra bondad y amor. Ben- dito seais Señor y Padre mio, bendito seais para siempre. Amen.» Si es pudre de familia, sus bi- jos bésenle la mano. A la noche rece el Hosario con la familia, como vá dicho, haga el exámen de conciencia, y acuéstese haciendo lo que arriba queda adver. tido. No picrda de vista en medio de sus traba jos la pasion y muerte de Jesucristo nuestro Se- ñor, porque esto anima mucho. Figúrese que lo tiene á su lado coronado de espinas, lleno de sangre, con la cruz acuestas, y que le dice: «Mi- ra, hijo. mio, mas padezco yo por tí: sufre algu- va Cosa por mí.» No haga caso de lo que los otros digan, ni de sus acciones: si los oye murmurar, y ve que puede cortar la conversacion, digales con agrado: » Señores, dejemos eso, que á. nosotras no nos importa ; acordémonos que nos hemos de mo- rir.“* Si advierte que ha de ser peor, disimu- le, muéstrese sério, no diga cosa alguna, y allá ellos verán lo que han de responder en el tri- bunal de Dios: mas advierta que si se rie al oir /

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