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, 38 repetidos por largo tiempo, lo que no es facil encontrar en los pocos afios, no siendo tampoco justo el exigirlos. Un medio muy poderoso hay para preservar 4 los” alumnos del Seminario de tamafios males, y es el es— tender cuanto antes el actual edificio para proporcionar 4 los jéyenes mayor comodidad , de manera que no se encuentre el Obispo en la dolorosa necesidade ver sa— lir cada afio 4 los alumnos del santuario 4 pasar cuatro meses fuera del santo retiro. Como en los demas Semi-— narios, estarian en suspenso por todo el tiempo de las vacaciones los ejercicios literarios; pero no lo estarian los de piedad cristiana, ni mucho menos los que con- ducen al hombre 4 mayor perfeccion , y son mas analo- gos 4 cimentar 4 los jévenes en el espiritu del estado 4 que Dios los llama, y para el cual os solo ha erigido la Iglesia los Seminarios. Muy pronto se practicaran nied tinaaion necesarias al logro de este fin; mas para conseguirlo, hemos creido que ninguno ha de contribuir con mas gusto y espon— taneidad que los sacerdotes , pues ellos son los que ma- yor interes tienen en que ‘jas semillas y los frutos de virtud y de buenas obras que estan plantando y reco- giendo en las almas con su palabra, doctrina y ejemplo en sus respectivos destinos, no se pierdan mas tarde por no tener sucesores que cultiven, como es debido, la vifia del Sefior. Bajo este supuesto , hemos determinado realizar nuestro pensamiento, no pidiendo por ahora auxilio alguno 4 nadie sino 4 nuestro amado clero; y por esto, y confiando mucho en su generosa piedad, y satisfecho del'celo que le anima por el mayor lustre de la Iglesia, no hemos vacilado un momento en dirigir- nos 4 V. para rogarle que contribuya, segun sus facul- | tades y como se lo dicte el corazon, 4 la realizacion de esta obra. Sirvase V., por tanto, Gioote al margen de esta carta