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alivio del Padre comun de los fieles, esperando en’ ‘Dios que mas adelante Bl mismo nos abriria un camino,4 fin de i nuestros proyectos sobre el Se- minario. = ; Sin embargo, no creimos que fuese manvoninate dar ese destino 4 vuestras limosnas sin peditos vuestro eonsentimiento. Era, si, en realidad ‘uno mismo el objeto, pues estas pertenecian y al cuerpo mistico de la Iglesia, y tanto eran para élla si se aplicaban 4 los miembros, como 4 la Cabeza. Solo habia una especie de nobleza mas alta en la segunda aplicacion, ora/por razon de la altisima personalidad 4 quien se dirigian, ora porque al hacerlo vosotros, os manifestibais, no solo _ amantisimos hijos, que-con ternura y confianza refan- den su voluntad en‘la de su padre, sino nobles y ge— nerosos atletas, que se encontraban dispuestos 4 dar sus bienes, y hasta su vida, por la defensa y el sostenimien- to del que hace en tn dtfonta las veces de Dios. ‘Pero oni el tener conocimiento de vuestras nobles prendas, nila Televante prerogativa dela nueva destinacion, fueron bastantes para movernos 4 hacerlo sin consultaros. Eran, en verdad, estas ofrendas una limosna adquirida para la Iglesia, pero al fin una parte, mayor, menor 6 minima, os habia pertenecido antes de desprenderos de élla con generosidad eristiana: y no creiamos justo, ni ‘aun darla una aplicacion mas noble 6 mas elevada, sin que vosotros lo supiéseis, y lo supiéseis con agrado y eomplacencia; pues colocado por el Espiritu Santo para ensefiaros y dirigiros, sabemos que no somos _— sino padre, Para que estos deseos os fuesen cose os dirigi- mos 4 principios del afio siguiente otra Carta (1), en la cual os manifestabamos ‘Hanamente todo esto, y con— — (1) Documento nim, 2. \