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a : 100. grande en ciertas regiones, contra el que estendia su brazo y el indice de su mano, y decia sin miedo 4 quien debia decirselo: -el mal estdé ahi; y otras causas que me- jor es omitir que relatar, todo eontribuyé a formar caleu- los y consejas. Ein efecto: al poco se presenté la ocasion mas favorable con mi ida 4. Roma al centenar de San Pedro y San Pablo. Los libelistas lo propalaron, la no- ticia volé. por ciertas alturas, y al fin se did por cierto lo que era una pura invencion de la malicia: y entre tanto los 50,000. pesos estaban tranquilamente en su Pa > Senos teniendo conocimiento de su procedencia y vel », nataraleza quien debia saberlo; para el. caso. fortuito de i muerte, si acaecia. - Resta decir ahora en detalle la procedencia de los ee 385, 742. pesos en cargo. AY tomar posesion de mi dié— Ne cesis recibi de manos del Gobernador dos documentos de depésito en ¢l Baneo de Espafia, los mismos que mi digno predecesor le habia entregado al salir de la, Ha- bana en 30 de julio de 1864, 18s cuales constituian la suma de 200,665 pesos, y eran el resultado de ocho afios de administracion. Al retirarse D. Claudio Unamunn de la Habana en abril de 1866, me entregé varios docu— " mentos de depdsito, y ademas un efectivo, ultimo re— sultado de sus cuentas, constituyendo todo lo. 129,000 pesos. Habia entrado a administrar. los. ond del. -cementerio el racionero D. Ramon Amieva, quien entregé en 1868, como resultado liquido de su adminis- tracion de atio ¥ ‘meio, 29,000 pesos. Hay que advertir aqui que precisamente fae no- ; viembre de 1867 se desenvolvié de una manera horro- rosa el célera morbo asidtico, y que entonces se cumplis lo que muchas veces tenia yo espuesto al Gobierno, ins- tandole 4 que se removiesen tantos obstaculos como pre— senta el sistema moderno de espedientes, para proceder 4 la ereccion de un gran cementerio; 4 saber, que si so-