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4 Ñ Ñ 4 RR a ra cl 00 A 52 EJERCICIOS ESPIRITUALES. ce que la Religiosa por asistir al coro, concurrir á su oficina, estar en su celda, y andar por el convento, es- taba viva: tenia nombre de vida: pero si le falta la ca- ridad, si no ama, permanece en la muerte, está _verda- deramente muerta. Muertas son sus obras para el Cielo, muertas sus palabras, muertos sus pensamientos, muer- to todo su mérito. ¡Qué dolor! Vomen habes quod vivas, sed mortua est. Asombraos, venerables Religiosas, de un estado de tanta infelicidad, y amaos mútuamente por Dios, en Dios, y para Dios, si pretendeis ser Reli- giosas verdaderas, y tener el espíritu religioso que va- mos explicando: pero debeis desengañaros de que jamás poseereis el espíritu de religion pará con Dios, y el es- píritu de caridad para con el prójimo, mientras no ten- gais para con vosotras mismas Un espiritu de mortificacion. Si vosotras no fuérais de la naturaleza de Adan vi- ciada y corrompida por el pecado, yo tendria necesidad de explicar menudamente la triste situacion de los que descendemos de un padre tan rebelde al divino manda- miento, y la interminable guerra que experimenta el alma con las desordenadas pasiones de su cuerpo; pero siendo vosotras como todos los demás mortales, hijas de Adan, bastará para que conozcais la necesidad que te- neis de la mortificacion cristiana, el recordaros las cua- tro heridas mortales, que nos dió aquella primitiva culpa. El entendimiento en el estado feliz de la inocen- cia conocia la verdad con una vista clara y sencilla; ahora oscurecido no la descubre sino á fuerza de discur- sos, y tal vez despues de haber caido en groserísimos errores. La imaginacion estaba quieta con la posesion del bien verdadero : ahora llena de volubilidad anda va- gueando inquieta y desasosegada con el mayor descon- cierto. La voluntad que dichosamente amaba el bien in- finito, bajo cuyas dulces y suaves leyes vivia, quiere

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