BCCPAM0001138-1-2900000000000

DIA PRIMERO. 49 San Pablo, tuviese una fé capaz de trastornar los mon- tes, detener los rios, pisar á pié firme sobre las aguas: si sanase los enfermos, resucitase los muertos, enfrenase el ímpetu de las fieras, hablase todos los idiomas, en- tendiese todas las ciencias, y hablase con la lengua de los Angeles: todo esto, si me faltase la caridad , se des- vaneceria como humo: todo vendria á reducirse á nada: nada seria delante de Dios: Vihil sum. Si diere todos mis bienes á los pobres, y entregare mi cuerpo á los tormentos mas atroces: si dejare abrasar mi carne en vivas llamas de fuego; sin caridad, todo lo perderia. Nada me servirian mis limosnas, nada mis mortificacio- nes, nada mis tormentos: Charitatem autem non ha- beam: nihil sum: nihál mihi prodest. Tan admirable es, venerables Religiosas, tan útil, tan necesaria esta teológica virtud. Y no debeis extra- ñarlo, porque ella es el alma del cristianismo: ella es el compendio de la religion, y ella es la que en sí abraza maravillosamente todos los preceptos del Señor. Sus no- tas y caractéres explicados por el Apóstol San Pablo nos manifiestan su incomparable hermosura. La caridad, decia, es benigna y dulce para con todos, es paciente en Jos trabajos que gustosamente padece por el que ama; no tiene envidia de las felicidades ajenas, ni se enso- berbece por los dones propios: la caridad no es ambicio- sa, ni busca sus propios intereses, sino los de Jesucristo: no se irrita, ni piensa mal de sus prójimos: se alegra con la verdad, y toda iniquidad le desagrada: todo lo sufre por amor de Jesucristo: todo lo cree, porque Dios lo ha dicho: todo lo espera, porque Dios lo ha prometi- do: las profecías se cumplen, las lenguas perecen, las ciencias se destruyen; pero la caridad siempre perma- nece: Sectamini charitatem, emulamini spiritualia, os diré con el mismo Apóstol San Pablo. Venerables Re- ligiosas, seguid los pasos de la caridad, aspirad con la renovacion de vuestro espíritu á la mayor perfeccion. Esta hermosísima pintura que el Apóstol nos hace de la