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DIA DECIMO. 373 men los corazones de los que no la poseen? ¿Cuántas ve- ces excita la ambicion, promueve la injusticia, y causa la crueldad de los malvados que la invaden, la roban, y pasan hasta dar horrible muerte á los mismos poseedores? ¡Cuántas veces la pobreza mas miserable, los dolores mas insufribles, la deformidad en los miembros mas mons- truosa, las enfermedades mas prolongadas y asquerosas, las ignorancias mas estúpidas, y los desórdenes mas gro- seros y abominables, se nos presentan á la vista, nos llenan de tédio el alma, nos amargan. todos los placeres, y nos hacen llevar una vida melancólica y desabrida? ¡Ob qué poco perfectos son, Señoras, los bienes de este mundo! ¡Qué poco dignos son de que nuestro corazon los ame y descanse en su posesion! Pero gracias sean dadas á nuestro amantísimo Dios que nos tiene reservada en el Cielo otra clase de bienes exentos de toda mezcla de ma- les. Son aquellos unos bienes en sd excelencia divinos, en su multitud infinitos, en su duracion perpétuos. Son unos bienes no sujetos á la volubilidad é inconstancia de la fortuna, al capricho de la suerte ó al vicio de los hom» bres, sino estables, firmes, permanentes y eternos. Unos bienes que cuanto mas se poseen mas se aprecian, mas gustan y mas se aman; no.como los de acá que cuando no se poseen se solicitan, y fastidian en poseyéndose: unos bienes infinitamente distantes de todos los males, pues allí jamás se presentan. la hambre, la sed, el dolor, la enfermedad , la ignorancia, el disgusto ni el pecado. Unos bienes que cuanto mas repartidos se hallan, mas propios se hacen; porque la caridad de Dios que reina en sus almas, congrega sus voluntades, reune los espíritus, y todos llenos de un amor entrañable para con sus pró- jimos cuentan como suyos los bienes de los otros. Ni la ambicion los solicita, ni la envidia los disminuye, ni la enemistad los separa, ni la diferencia Jos desune. ¡Oh vida, mil y mil veces felíz! ¡Oh bienes verdaderamente perfectos! ¡Oh! y cómo podremos hablar con el Profeta Isaías á aquella alma santa, y decirla: levántate llena de DA e ng: É | ? k "

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