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356 EJERCICIOS ESPIRITUALES. no hallándole, la maldice: El mismo manda arrojar á las tinieblas al siervo perezoso: El mismo arranca el talento de aquel que no quiso aprovecharse de su valor: El mismo destierra del convite nupcial al que entró en él sin ves- tido conyeniente, y El mismo arroja del templo á los que le profanaban. ¿Qué podrá esperar una Religiosa disipa- da, que habiéndola plantado Dios en el jardin desu casa como una higuera hermosa y fecunda, no dió frutos de virtudes, sino apariencias y exterioridades? ¡Ay de.mi! Debe temer que arrancándola con indignacion, que cor- tándola con severidad, dé con ella en los braseros eter- nos. ¿Qué podrá esperar la que profanó el templo con sus desórdenes, y escandalizó á sus hermanas, sino que el Omnipotente, empuñando la espada de su justicia, la des- tierre para siempre del templo de su gloria? ¿Qué podrá esperar la que abusó de tantas ilustraciones, la que hizo inútiles tantas gracias, la que no se aprovechó de tantas misericordias, sino que enojado el Señor de su falta de correspondencia, y justamente resentido de su negra in- gratitud al beneficio de su vocacion, á las grandes obli- gaciones que envolvia su vocacion, y á los medios tan oportunos y multiplicados para desempeñar los cargos de su vocacion, la desnude de sus dones, sus gracias y sus misericordias, y la arroje del banquete nupcial de los bienaventurados? Dios inmortal, ¡y qué reflexion tan triste! ¿Cuál será su espanto al escuchar que Dios tomando toda la série de su vida desde la adolescencia hasta la mas avanzada ancianidad. le representa á la Religiosa unos años mal empleados en la ociosidad, en la pereza y en la disipacion; unos años sin mortificacion de sus ape- titos y pasiones, olvidada de sí misma, sin celo de su perfeccion, sin gusto espiritual en los ejercicios santos de religion y piedad? ¡Qué horror! Votos solemnes imper- fectamente cumplidos ó gravemente violados: constitu- ciones, reglas, estatutos no observados, y menosprecia- dos, ú observados por necesidad, por temor, por cortesía ó por respetos humanos: acciones puramente naturales,