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318 EJERCICIOS ESPIRITUALES. cor que Dios nos manda amarle. No dice que le amemos con parte del corazón, con álgunas de las fuerzás 6 en compañía de los honores, de las riquezas, pasatiempos y vanidades del muñdo: nó con ún corazón partido, dimi- diado é irresoltito, sind con todo el corazon, con todá el alma, y con todas las fuerzas de huestráa yoluntad. De otro modo fio se puede cumplir este precepto, dice el Pa- dre San Básilio: Owm ex toto corde dicit/ Mivisionem hu. llán "admitit, ande qui amicus Dei perfectus ést: e totam animam tribúst (1): Es miénester, veñerables Religiosas, para cumplir esta grande precepto del Señor, amárle únicamente ; ativarle á El solo, y desechiár del corazón cúafito puéda desterrar ó disminuir este santo y puro amor. Yo Hien cofozéo que esto exige una perfeccion muy elevada: que esto pide un desasimiento y desnudéz del corazon muy pura, y que el mundo, el demonio y las propias pasiones lo re- pugnán fuertemente; pero el que robústeció 4 Sán Pablo para que pudiésée decir que estabá cierto de qúé ni la tribúlacion, nila angustia, ni 103 tormentos ni lá muerte ló apartarian del amor de Jesucristo: nos sostéídra tám- bien 4 nosotros; si nos resolvemos comó él 4 buscar; +6 nuestra propia gloria, sino la del Señor. Si nos determi- námios á imitar el juicio de Salóinon eúáando negó la pec ticion dé la fingida y cruel madre, “que queria sé par- tiese por mitad un niño que ella y otra Yu competidora pretendían, y mandó dáfsele entero á su verdadera y lé- gítima nádre. Dios pide ntestro corázon enterariente; porque le crió, porque le redimió, porque le conserva! y e es “y-débe ser únicamente suyo; “pero él diablo meta diciendo: dividatur; dividatur, consérvese uhh parte para amir los récuerdós y viciósas mémiofias de los desórdenes pasados. Dios pide :todo'el corizon para ado rarle:4 Eb solo; para servirle, obéedecerle y ámiarló 6 BUSTO? (1) Homil. 12. in psalm. 44.
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