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316 EJERCICIOS ESPIRITUALES. tierra y en el abismo? Si amais el poder, ¿quién de los hombres es como Dios omnipotente? Si amais la virtud, ¿quién como el Señor de las virtudes, el Océano inmenso de todas las perfecciones, y el abismo inagotable de toda santidad? Si no amárais ardiente y fervorosamente á una persona amable, que os amára, que os hiciera muchos bienes, que os librára de muchos males, y que padeciera y Muriera por vosotros, tendríais corazon? Pues si todo esto, é infinitamente mas se halla en nuestro Dios, ¿cómo no, le amamos? ¿Cómo no le amamos ardientemente y fervorosamente con todo el corazon, con toda el alma, con toda la voluntad y con todas nuestras fuerzas como El mismo nos lo manda? Este era el pensamiento que á Santo Tomás de Villanueva le asombraba cuando de- cia (1). «¡Ay! ¡Ay! Tú, ¡oh cristiano! amas á un negro á »quien tienes por esclavo, le amas y haces bien en amar- »le, justamente le amas porque él te ama tambien; y »amándote tu Dios, y amándote ardientemente, y crián- »dote porque te ama, y padeciendo y muriendo por tu »amor, ¿no le amarás? ¿Puede imaginarse maldad mayor? »¿Puede darse mas pestilencial ingratitud? Dime, conti- »húa el Santo, si aquel tu criado negro, aquel etiope tu »esclavo por redimirte de la esclavitud se hubiese hecho »él exclavo, y dejándose azotar, abofetear, coronar de »espinas, y al fin crucificar: si aquel negro disforme hu- »biera padecido por ti lo que padeció el hermosísimo y »amabilísimo Hijo de Dios, sin la menor duda le amarias »como á tu Redentor, como á tu amable y singular bien- »hechor, ¿pues por qué no haces con tu Dios lo que ha- » fas con aquel pobre negro esclavo? ¿Por qué no ardes »en llamas del mas inmenso amor, para con un Dios que »primero te amó, que primero te colmó de beneficios, y »murió por tí?» Tan estraña admiracion le causaba al Santo que no amásemos á Dios con la mayor intension. (1) In Serm. S. Maris Magda).