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DIA ''DCOTAVO. 303 y abrasa 4 estás almas. debilita; anflaquece y extenúa las fuérzas del cuerpo. Por nada roputaridm entregarle á los:«tormentos mas prolongádos y crueles, si ton ellos pu= dierar reducir alguna alma al conocimiento y amor de su: Dios y Señor. Ningun: respeto humanó' halla lugar eh estos abrasádos corazones; Nada aman sino lo que Dios ama: mada aborrecen, sino lo que Dios: aborrecé: :nadd desean, nada quieren, nada procuran, sino lo que Dios procura, quiere y desea. Dulcemente sosegadas y tran- quilas en su interior, hacen obras heróicas con el fuego del amor divino aun en las acciones mas pequeñas. Ele- vadas, extáticas, vencedoras de todo lo terreno, unas veces con solo el espíritu, y otras con el espíritu y el cuerpo, ven, oyen,:conocen y aman cosas tan altas y sublimes en Dios, que ni la lengua de los Angeles las sa- brian explicar, ni los entendimientos de los hombres lle- garian á comprenderlas. ¡Oh vida felíz, vida dichosa, santa, divina: vida que debemos procurar para llegar á la perfeccion del estado monástico que hemos abrazado! ¡Oh glorioso Padre mio San Francisco! ¿Qué sentias cuando exclamabas: Dios mio y todas las cosas? Gran Pablo Apóstol, ¿qué experi- mentabas cuando decias: vivo yo, mas ya no yo, porque Cristo vive en mí? Pedro de Alcántara, Felipe Neri, Te- resas de Jesús, Catalinas de Sena, Rosas de Lima, y en una palabra, almas grandes á quienes Dios colocó en esta perfeccion tan alta, ¿no érais de mi misma natura- leza? ¿No estábais formadas del mismo barro frágil, de- leznable y quebradizo que yo? ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¿Vosotras y vosotros sentados sobre la cumbre de la per- fection, y yo sin dar el primer paso para ella? ¿Vosotros transformados en hornos encendidos del divino amor; y yo tibio, frio, helado? ¿Vosotros en Dios, yo en las cria- turas? ;¡Vosotros volando al Cielo, yo caminando al abis- mo? ¡Hasta dónde ha de llegar, ¡oh triste corazon mio! tu grande perversidad? Gusta y verás: empieza y lo ex- perimentarás: resuélvete de una vez á romper por todos