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302 EJERCICIOS ESPIRITUALES. si-no puede yencer las resistencias de sus contrarios. Ya habreis visto muchas veces lo que sucede con un leño verde cuando.se le acerca al fuego: este elemento trata de comunicarle su calor, y la mucha humedad del leño lo resiste: la. humedad pretende apagar la lumbre, y ésta no cesa de intentar el consumir la humedad: de aquí re- sulta aquel humo densó que todos vemos: de aquí el bro- tar agua la: leña verde por un lado, cuando se la quema pon otro. Si la humedad yence, el fuego pereció; pero si el fuego triunfa, advertireis que cesa de llorar el leño, y va comunicándosele un calor mas ó menos intenso por todo él: cuanto mas se le mueva, cuanto mas aire reci- ba, mas yigorosamente obra la llama, hasta que encen- dido:todo, se convierte todo en fuego: Zllius elementi naturamarritatus, semper ayit, aut perit. Ved ahí, venerables Religiosas, una idea bastante significativa, de lo que pasa en el alma: Con el amor ¿n- capiente hrotam humo las pasiones, los ojos se humede- cen; bl mundo. llama, y. los. placeres conyidan: el alma lucha contra el.demonio,. el mundo y las pasiones; con el amor proficiente, ya experimenta el alma el calor del divino. espíritu.que difundiéndose por toda ella, la robus- tece para acabar de consumir las humedades terrenas de los tedios, interiores disgustos, y exteriores contradic- clones; y probada en este crisol de la tribulacion y la.an - gustia, la introduce en su bodega de. los vinos generosos que embriagan dichosa y felizmente. las almas, y acalo- radas con, los ardores santos de la contemplacion natural y «sobrenatural, se unen al Señor con una voluntad re- suelta. y. ]n corazon todo inflamado y abrasado del divino amor, Desde aquel felíz momento ya no viven en sí, sino qa Dios; Dios es todo para lasalmas privilegiadas, y.ellas son todas para Dios. No piensan sino en amarle: no ha- blan sino por agradarle: no obran sino para procurar la exaltación desu santo nombre, y la salvacion de todo el mundo. Su vivir es Cristo, y su morir ganarle almas para el Cielo. Este deseo santo al paso que robustece, inflama