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DIA SETINO. 3 en vuestra convento, al recibir un cubo de all e e váka cabeza al uno de ellos y cae al suelo, y queda mortal sia mas señales de vida que la respiracion. Correls llenas de compasión á llamar al confesor, viene con presteza, y aunque ninguna señal exterior dá de dolor el paciente, se persuade el confesor que si conociera su apuro querria y deberia confesarse, y que acase interiormente lo esta- rá- apeteciendo, y con esta idea que forma le absuelvs bajo de condicion. Ved ahiuna intencion interpretativa. No es intencion que se halle en el paciente, sino un con- cepto del confesor que interpreta benignamente su dis- posicion. Mas no tenemos que detenernos en ésto, ni en suponer alguna condicion á la intencion para llamar la intencion condicionada, d no poner condicion alguna para decirse absoluta, y otras cosas á este modo; lo que importa saber es que para obrar virtuosamente ha de ha- ber intencion actual ó virtual, y que cualquiera de ellas será mas d menos meritoria en proporcion de su pureza, de su universalidad y de su fervor. Digamos algo de cada una deestas tres condiciones, que os levantarán á la mayor perfeccion si las observais exactamente. La pri- mera es que sea pura vuestra intencion. Para comprender esta importantisima verdad fjad en vuestro espíritu esta máxima evangélica: en muchas cosas se ocupan los mortales, pero una sola es la necesa- ria. La pretension de los empleos, el ánsia por los vesti- dos elegantes, el apetito de los manjares sabrosos, el lujo en los edificios, en los muebles, en los criados y en los viajes, el deseo de las riquezas; todas estas cosas que ocupan á innumerables personas, desaparecen delante de Dios y de las mismas personas, si la salvacion que es el único bien necesario no se consigue. Marta, Marta, de- cia. Jesucristo á la hermana de María Magdalena, solici- ta es, el turbaris erga plurima. Porro unum est neces- sarium. La salvacion es el único asunto que nos intere- sa; si ésta se alcanza, nada perdemos en perder todo lo demás, si ésta no se logra, nada conseguimos por la ad-