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DIA CUARTO. 157 Todavía van mas adelante las ventajas de los pobres evangélicos, sobre los pobres del siglo: éstos viven agi- tados y llenos de inquietudes para proveerse de vestido y alimento, casa, muebles y otras innumerables cosas; y aquellos pasan sus dias en la mas tranquila paz. ¿De dón- de sacaremos para pagar el alquiler de la casa? ¿Cómo acallaremos los justos clamores del mercáder que pide la la satisfaccion de sus géneros? ¿Quién nos prestará para pagar á los artesanos que nos han calzado y vestido? Los gastos ordinarios son inexcusables, los comestibles están á un precio exorbitante, el sueldo no alcanza, desnudos no hemos de andar, es menester presentarnos con de- cencia; ¿pero de dónde ha de salir para todo esto? Los acreedores piden, la mujer pide, los hijos y criados pi- den. ¿Qué haremos? ¡Oh, válgame Dios, y que tribula- cion! Pavor pauperum egestas eorum (1). Su necesidad llena de pavor á los pobres, dice el Espíritu Santo; pero esto no se entiende con los pobres de un monasterio. Re- signaos en los brazos de la adorable Providencia, fian en sus palabras, buscando primero el reino de Dios'y su justicia, y esperan en sus promesas que les dará lo nece- sario para pasar honestamente la vida aquel Señor que llena de fecundidad los campos, las aves de plumas, los peces de escamas, los animales de pieles, y el cielo de luces. - Que:los tiempos se alteren, que las lluvias falten, que las cosechas no correspondán , nada altera á la buena Re- ligiosa: ella ha renunciado todas las cosas supérfluas por amor de Jesucristo: ella vive énseñada por la fé Divina que Dios sabe cuales son sus necesidades verdaderas, y que puede y quiere remediarlas, pues no deja sin ampa- ro á las hormigas, y otros casi imperceptibles insectos que ha criado su Omnipotencia: Mayellum non appro- pinquabit tabernaculo tuo (2). No teme el azote de la (t) Prov, 10 15. (2) :Psal. 60. 10.