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DIA TERCERO. : 108 clavel, unos jazmines, que para distinguirlos si son obras de sus manos ó de la naturaleza es menester tocar- los; ¡pero ay! ¿Qué Religiosa formó jamás una flor viva? ¿Una flor en cuyas hojas se viesen innumerables venas delicadísimas, por cuyos canales cirenlase tn sueo sutil que las alimentase, mantuviese y vivificase? Confésé- moslo de buena fé, ni Salomon con toda su gloria se vis- tió jamás coma un lirio ó azucena de los campos, ador- nada por la mano de aquel Sér eterno que Ja crió. Toda criatura:clama, todo sér, séa insensible, sea viviente, sea sensitivo, «racional ú intelectivo, alza la voz y dice: Dios: 1me-hizo, Dios me crió, Dios me sacó de la nada: nosotros no nos criamos á nosotros mismos: Ipse fecit nos, eb non ipsi nos. ¿Pero quién es este Dios que tan claramente se nos muestra en las criaturas? ¿Quién es este Sér eterno, in- menso, omnipotente? ¡Oh Dios inc mprensible! Mi en- tendimiento se aturde, se confunde y aniquila, por no poder: dar alcance 4 la eternidad. No comprendo la in- mensidad. Oigo la voz de vuestra omnipotencia, pero ignoro: hasta: dónde se extiende el sentido de esta voz. ¿Quién escaquel Sér necesario, en quien vivimos, nos movemos “y somos: que todo lo vé, todo lo oye, todo lo sabe. y todo lo puede: : que habla, y el Cielo, Ja tierra, y el infierno obedecen sus preceptos: que manda, y to- dos los Angeles ; los hombres y los demonios no pueden resistir 4 su voluntad: que si huyo al oriente, allí le en- cuentro: si paso al occidente, allí le hallo: si me re- monto sobre las estrellas del firmamento, allí le veo: si me arrojo á las simas mas profundas del abismo, allí le percibo? ¿Quién és este Dios, que si trato de esconderme desu vista entre las tinieblas mas oscuras 6 impenetra- bles ellas son para sus ojos brillantes ráfagas de luz? ¡Oh , qué débiles son las fuerzas del entendimiento del hombre para comprende»'la divinidad! ¿Cómo soy tan insensato, qué no entendiendo el peso de la gravedad, la atraccion del iman , los caminos de la luz, la comuni-