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100 EJERCICIOS ESPIRITUALES. Bautismo habiais renunctado, y renunciamos todos los cristianos, hasta el mas pequeño deleite pecaminoso, hasta la palabra mas ligera contraria á la pureza, hasta el pensamiento mas transeunte opuesto á la castidad: ya eramos miembros puros del cuerpo místico de la Iglesia santa, cuya cabeza es Cristo Jesús, Dios y Hombre ver- dadero: una ley tan pura como la que prescribe en su Evangelio no nos permitia obra, palabra, consentimien- to, ó voluntad de delectacion viciosa y desordenada; pero nos dejaba en libertad para abrazar aquel estado y recibir aquel grande Sacramento , como le llama San Pa- blo en Cristo y la Iglesia, y destinado por el mismo Criador para la virtuosa propagacion del Universo: Qui matrimonio jungit virginem bene facil. No teniamos un precepto del Señor para vivir en perpétua continen- cia, si nos hubiéramos quedado en el siglo; pero ha- biendo abrazado el estado religioso elegimos á Jesucristo por Esposo, y renunciamos con grande mérito aquella libertad que antes teniamos por el voto solemne que hi- cimos en nuestra profesion : Qui non jungit melius fa- cit. Ved ahí lo que añade el estado Religioso á la obliga- cion del bautismo. Pero advertid, Señoras, que el Esposo que habeis elegido es el mas amable, pero al mismo tiempo es el mas celoso: El es el mas amable, debeis preferirle á todo: es el mas celoso, debeis dejarlo todo por mantener con fidelidad sus castas correspondencias. Es- tas son las dos verdades que hacen la division de esta plática, y ellas os manifestarán la obligacion y estima- cion del voto de castidad que habeis hecho delante de los altares. ¡Oh amabilísimo Jesús! cordero inmaculado de Dios, que teneis siempre á vuestro lado la casta comitiva de las almas vírgenes, dignáos, Señor, concederme vues- tras gracias eficaces , para que yo hable con decoro y limpiamente de esta angelical virtud, á mayor gloria vuestra, y utilidad de las almas que me escuchan. Así * lo espero, Señor, por la inmaculada virginal pureza de