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222 - Miguel Anxo Pena González al Consejo Real, así como los rumores del decadente estado de la vida académica. Se trataba de que alguien, que conociera la institución, pudiera tomar el pulso a su funcionamiento interno: provisión de cátedras y lecturas, promoción a los grados académicos, gobierno, disciplina de alumnos y docentes, así como conocer el estado de la administración del Estudio. Era una oportunidad para acabar con los vicios en la elección de los cargos, siguiendo la estela marcada por el Colegio-Universidad de Alcalá y el Colegio de Santa Cruz de Valladolid, donde las cátedras ya no eran vitalicias. Ramírez de Villa- escusa intenta, igualmente, aprovechar la oportunidad para atraer a figuras huma- nistas de renombre, que pudieran enriquecer la Alma Mater. Intenta, por ellos, atraer a maestros de renombre de otras universidades europeas. El conquense gozaba de todas las competencias necesarias para revisar ymodificar los Estatutos del Estudio. Su preocupación humanística se plasma, de manera particular, en re- afirmar la obligatoriedad de los estudios de gramática, para acceder a estudiar en cualquier otra facultad, así como el urgir a toda la comunidad universitaria para que en el Estudio utilizasen la lengua latina. Estas ideas coincidían abiertamente con las propugnadas por Antonio de Nebrija que no dejaría de estar también promoviendo esa sensibilidad y buscando a aquellos que le apoyaran en la conveniencia de leer, en las clases de gramática, a autores cristianos juntamente con Ovidio oTerencio, como Sedulio y Prudencia. La intención de Nebrija, como había puesto de relieve en los prólogos a las ediciones de estos autores, era conjugar piedad y letras, de manera que los estudiantes -parti- cularmente los clérigos- tuvieran un paradigma preciso de cómo habían de condu- cirse en la vida para que el estudio fuera un elemento configurador de su carácter y ministerio. Precisamente por ello, cuando en 1512 Nebrija lleve a la imprenta la obra del poeta hispanolatino Prudencia (1512), se la dedicará al prelado, al tiempo que reconoce su intervención en pro de la gramática y la lengua latina, afirmando sin ambages "nosotros no buscamos o no debemos buscar solamente la pureza del latín, sino el conocimiento de otras cosas que aumentan el caudal de las ideas y de las palabras". El proceso judicial contra Nebrlja Como ha afirmado Teresa Jiménez Calvente, Antonio de Nebrija era un "hombre de firmes convicciones religiosas, quiso poner su saber gramatical al servicio de la teología" (Jiménez Calvente, 2022: 32). Ya dicha tarea dedicará gran parte de su vida. Cuando en 1503 escribe la dedicatoria a D. Juan de Zúñiga en su Comentario aPersio, alude ya a que se encuentra inmerso en los trabajos de la gramática de la Escritura, en los que ya llevaba tiempo (1503: f. alv). Cuatro años más tarde, en el prefacio a su Tertia quinquagena, en la que recoge cincuenta enmiendas
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