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El Buen Pastor ha de ser mi modelo. El Buen Pastor está en salvo y busca y salva a las ovejas extraviadas. Tal ha de ser, mi situación espiritual. Así mi trabajo será faena de propia perfección, de amor inmediato a Dios y de ' caridad para con el prójimo, ]a mejor de las obras de misericordia, que es procurar Ja vida eterna. La vocación religiosa y sacer.dotal, particu.– larmente la revestida de un carácter tan pre– dominante misionero, como lo es en la Orden Seráfica, con todo derecho puede ser llamada vocación de Gracia y de Luz para el que la ejerce y para losi que reciben su acción. Es _la extensión, de la Redención al mayor númE:ro posible de almas, valiéndose la Divina Provi– dencia de otr,a alma, la del religioso misionero, para lograr en ellas los frutos de la Redención. Ninguna otra profesión puede compararse con ésta. Nada tiene de extraño que esta vocación a la obra redentora tenga que verificarse con sa– crificio, con renuncias, con martirio y crucifi– xión, a semejanza de la inmolación del Calva– rjo, en cuya cumbre se inmolaron nuestro Divino Salvador, Jesús, y su Dolorosa Madre, - 19

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