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-273- zati doáz. Il zan atzoko gure bizitza, •gaµrkoa ere illaz doa: ta zenbat ere geyago gabiltzan anb~t.eriotzaren alderago ark~tzen gera, Itufiko ura bezdla da gure b1z1tz~;. zenbat ~eya~o ~abillen, anbat zati geyago galtzen du, ta bere 1b1llera guziarekm 1txasoan ondatzera doa. Er1otza da gure itxasoa. Ara baño len galtzen di– tugu zati aunitz, eta galtzen diran nekezko zatiekin azkenean an ondatu beafdk gera.Laburtzera doaz nere egunak eta obia da ne– re gorputz txar loyak izan bear duen jauregia ta ortdasun guzia. 90 Los discípulos le dieron al profesor abundantes pruebas del amor que le tenlan. Cuando volvimos de nuevo al colegio nos abrió la puerta, un portero muy simpático. Le presentamos las manzanas que habiamos cogido en el campo, pero rio le enseña~ mos el dinero que nos habían dado nuestros padres. A los ladro~ nes que robaban.a los pasajeros en una revuelta (biurgune) del caminó los metieron en la cárcel, pero antes les dieron una pali– za soberana (bere biziko.) Al'lleg,u cansados y sedientos al case– río nos ofrecieron agua y sidrd; les tómamos la sidra y dejamos el agua para otra ocasión. Cuando les pedimos a los bebedores el pago de lo que h 1bian bebido nos empezaron a gritos y nos tuvimos que marchar.. Mi amo rogó a los trctbajadores que se presentasen en grupos de cinco para'recibir el jornal de toda la semana. A mi hermano porque era el más joven le preguntaron cuantos días habíamos estado en el monte pero él no les respon- , dió la verdad. • • 89 _ Corto-es en verdad nuestro camino desde que nacimos hasta la muerte; pero no son cortos ni tampoco pequeñ<Js los trabajos y fatig-1s de este cam1no_. El hambre, la sed, la necesidad, las in– quietudes, las enfermedades mdlas y los diarios disgustos son los eternos compañeros de nue~tfd cortd vida. Entre todos fácilmente estropean nuestrd saluri y llevan a prisa nuestro cuerpo a debajo • .tierra o sea a su fosa. Cadá día, cad,1 hora perdemos alguna que otra parte de nuestra vida; pmis cuantos más momentos de tiem- • po van tantas más son las pdrtes de nuestfd vida que.van. Murió •nuestra vida de ayer, también la de hoy va muriendo, y cuanto más andtmos-tanto más ceroa de la muerte nos encontrdrnos..Es nuestra vida como _el agua de una fuente; cuanfo más anda tanto mayor ElS la p;irte que pierde, y con todo su andar va a sepultar– se en ~l mar. Nuestro mar es la muerte. Antes de llegar a él per- • 18

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