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-89- pensaba arrojarse a un río. Mas se diri– gió primero a la Virgen, diciendo: ¡Oh María, yo os serví en la Congregación, auxiliadme! Apareciósele la divina Ma– dre y dijo: "¿Qué es lo que pretendes hacer?, ¿perder el alma y el cuerpo?– Ve .i confesarte, y vuelve a la Congrega– ción. El joven lo practicó así, dió gra– cias a la Virgen y cambió d·e costumbres. Una de las peores tentaciones sería la de dejar la Congregación a que pertenez– camos. ¿ Tal vez _la hemos> abandonado de hecho? En tal cas,o, oigamos a la Divina Pastora que nos dice: "Vuelve a la Congregación." Porque dentro de esta cerca las al:!U.as viven con mayor pureza, pecan más raras veces, y, si pecan, levántanse más presto, recib'en más gracias del c:elo, mueren con mayor confianza de su sal– vación, salen más presto del purgatorio y reciben mayor premio en el cielo, •. Súplicas y Letanías, pág. 205.