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-86- yo a mis ovejas y junto a ellas velo día y noche para que duerman y vivan tranquilas. Ellas son el arca de Noé donde mis, .devotos se acogen y libran de la ira de Dios. En ellas se frecuentan los sacramentos, se oyen a menudo plá– ticas y sermones espirituales, se animan unos a otros con la asistencia a las fun– ciones sagradas, ruegan en común por los vivos y los muertos, así Jesucristo oye sus súplicas, como lo prometió en su Evangelio: "Donde haya dos o más congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos; y cualquier cosa que varios de común acuerdo pidiéreis, creed que se os dará.'' Estar inscrito en una Congregación es estar escrito en el libro de los pr~desti– nados al cielo, pues en ella las almas me aman más y tienen más medios para ser buenas y vencer las tentaciones, de tal modo que "generalmente hablando, más pecados c,omete un hombre que no pertenece a ninguna congregación que veinte de los que a ellas pertenecen.'' Si quieres, pues, agradarme y tener un