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74 - puede vestirse de sus virtudes. Por el fruto se conoce el árbol y por sus obras el hombre. Mira, pues, cómo la oveja huye del bu– llicio de las ciudades· y pueblos y ama la soledad y el retiro de los campos; obe– dece a la voz y silbido del pastor que la guía a donde hay pastos abundantes :r la conduce por caminos suaves al aprisco; el cabrito es arisco y gusta de trepar por las peñas, la oveja se apacienta en los campos y en los valles; la oveja, si alguna vez se pierde, bala inclinando su cabeza hacia la tierra, al contrario del lobo que para aullar la levanta contra el cielo; la ove– ja es mansa y no se queja, aunque la trasquilen o lleven al .matadero; la oveja huye con horror del lobo y, para no caer en sus garras, vive siempre baJo la mira– da del pastor: y vive feliz y segura aca– riciada y amada por su pastor. Alma querida, piénsalo' bien: ¿ te pare– ces en tus virtudes a la oveja? ... ALMA.-Me avergüenzo, Pastora que– rida, al pensar que no tengo ni una so• la de las cualidades o virtudes que de-

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