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-64- nombre! Conózcáme a mí, Señora, Y conózcaos a Vos. EJE:MPLO.-La ternura de S. Estanis– lao de Kostka hacia la Divina Madre de Jesús, fué tan grande, que b'astaba oirle hablar de ella para sentirse inflamado en deseos de amarla. Había· excogitado expresiones y títulos nuevos en su honor. No empezaba acción alguna sin volverse primero á una imagen de María para im– plorar su bendición. Su amor a Marh produjo los más hermosos frutos de gracia. No la llama– ba de otra manera que "su buena Madre", y decía estas palabras con voz tan tier• na, aire tan dulce, corazón tan afectuoso, que se hubiera creído oir hablar de la Sma. Virgen a un Serafín del cielo. -Pe– ro nadie acertaría a explicar el regocijo que experimentaba cuando podía- hablar de ella con sus compañeros." Y deseaban ellos tanto ser t.Q.stigos de su fervor, que para edificarse, así como para darle gll§l– to, apenas le veían venir, se apresuraban a ~nversar sobre algún privilegio de Ma– m.