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-44- rromper el corazón de los niños y de los jóvenes! ¿No podrás tú ayudarme a con– servar puros y castos a estos corderi– tos de mi rebaño? Si eres joven, con– serva la blancura de tu alma: no man– ches el blanco vestido de la gracia que te dió Jesús en el bautismo y en la sa– grada Comunión. Si eres padre o madte de familia, conságrame tus hijos, pon– los bajo mi protección y amparo y alé– jalos de las ocasiones y peligros de pe– car; enséñales con la palabra y el ejem– plo a reverenciar las cosas santas, a cum– plir los mandamientos, a invocar a Dios y a los, Santos y así podrás tener la e1:1• peranza de haber criado hijos para el cie– lo. • ¡ Oh sí, alma devota, no desoigas estos mis maternales consejos! Jesús dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí" y no se lo estorbéis, porque "de ellos es el reino de los cielos". Y yo, como Madre y Pastora, te digo: Haz que los niños vengan a mí, que quiero acariciarlos, co– mo acaricio al tC'ordero Inmaculado Je– sús, contra mi maternal corazón.