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-143- nimado con la bebid:1, rogó Juan a ~u Bienhechora que le manifestara el nom– bre. Y ella respondió: "Yo soy aquella que has llamc1do en tu socorro. Mira, pues, hijo mío, que no hallarás seguri• dad en medio de los peligros, 'si dejas de rscurrir a la oración; emprende de nue– vo tus ordinarias devociones y sé más fiel en Jo porvenir." Después de estas palabras desapareció la Pastora divina dej:mdo a San Juan de Dios sumido en la mayor confusión. Sil dió cuenta de que su fervor para con la Madre de Dios había disminuido, ile accrdó de que hab'ía empez:ido a 1 omitír las devociones con que la honraba y, viendo los peligros en que se hallaba, dejó la milicia para entregarse, de nue– vo al p:istoreo. Y desde entonces fué du· rante toda su vida muy devoto de !a Virgen María, Divina Pastora de las al"' mas. (éfr. Vida del Santo por Fr. Luciano del Pozo, c. III p. 23). Súplicas y Letanías, pág. 205.

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