BCCCAP00000000000000000001783
yo considero para mí más positivo, y francamente más necesario, dormir mi siesta recostado en las mochilas ... Avanza la tarde y los bañistas inician la retirada hacia Sahagún; alguien tiene la feliz idea de que podíamos imitarles y eso nos vendría muy bien para visitar más despacio las iglesias de San Tirso y de San Lorenzo, cuyas torres estamos contemplando desde aquí, y no nos ex– ponemos a dormir en el suelo por segunda noche consecutiva. Ante tales razones no hay quien se resista: vuelta a Sahagún. José Mari entra en una panadería en busca de pan para tomar luego un bocadillo y a la salida una mujer, a quien llama la atención el pañueli– co rojo que nuestro compañero lleva anudado al cuello, le dice a otra vecina: « ¡Mira! ¡Ahí va un sanfermín!» Dormimos en La Codorniz. 10 DE JULIO: SAHAGUN - SANTAS MARTAS (43 KM.) Son las cuatro y minutos cuando repasamos definitivamente el río Cea. «A Santiago: 443 km.» ¡A ver si mañana aparece el tres de las cen– tenas ... ! Según nuestros datos, nos hallamos a cincuenta y tres kilómetros de la capital; como ayer nos limitamos a dar poco más que un paseo y es– tamos en plenas facultades, no sería muy hazañoso llegar hoy al mismí– simo León, siguiendo la ruta de El Burgo Ranero - Reliegos - Mansilla de las Mulas (treinta y seis kilómetros) y continuando desde allí por la N-601 otros diecisiete kilómetros) ; todo esto lo vemos clarísimo en nuestra cartografía. Pero también encontramos una pega muy grande y es que cualquier error en el camino de El Burgo Ranero supondrá una pérdida de tiempo precioso, lo suficiente como para llegar a León ya oscurecido y .. . no vaya a repetirse lo de Burgos. Lo más seguro es tomar la N-601 en Calzada del Coto y continuar por ella hasta donde nos convenga y en– contremos techo, a ser posible, a unos quince kilómetros de León; en rea– lidad, la ruta esta supone algo más, pero no pasa de los sesenta y cinco kilómetros para dos días. El camino de hoy es de lo más árido y monótono: llanuras y llanu– ras ... y un horizonte lejano. Recordando jornadas anteriores, alguien propone que deberíamos ca– minar de noche para evitarnos una insolación o derretirnos como polos ante el rigor de los rayos solares; dialogamos con viveza acerca de esta sugerencia y examinamos los pros y los contras: no podemos negar que 49
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz