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CAPITULO III CAMBIO DE SOCIEDAD, DE RURAL A URBANA En efecto; no es un mero cambio de ideas. El operado en esa su estructura social, a partir del fenómeno de la industria– lización, y secularización; más en estos últimos años, podemos decir que ha sido verdaderamente sorprendente. El «comerás el pan con el sudor de tu frente», y el «de la tierra comerás con trabajo todo el tiempo de tu vida» (Gén. 3. 17-19), si se puede aplicar de inmediato al trabajo agrícola directo, ha sido un slogan harto pesado que Dios colgó a la espalda de la humanidad, el primer día que el hombre quebran– tara su mandato divino, y que ha llevado en penosa sumisión y mansedumbre, hasta nuestros días, llegando a forjar la estruc– tura de vida y social, de mayor trabazón y solera, (podemos decir, la única), que ha tenido la humanidad hasta el presente, en que la vemos desvanecerse como un castillo de naipes. «Una civilización rural que ha durado milenios, como dice Follier, desde la época del neolitico y con la cual la Iglesia ha vivido largo tiempo en simbíosis, sobre todo en los países euro– peos» (11), hasta este momento en que se resquebraja y desa– parece de un modo arrasante e irreversible, para dejar paso a (11) FOLLIET, J. «Condición del hombre en el mundo actual», en «La Iglesia en el mundo de hoy». obra dirigida por BARAUNA, G., Edit. Studium, (1.967), Madrid, p. 294. -22-