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CAPITULO II UN MUNDO DISTINTO PORQUE ES SECULAR Quizás nunca ha mirado el hombre con más auténtico res– peto las cosas del mundo como ahora, a la vez que con más familiaridad. Antes, no fue así. El no saber el por qué de muchos fenó – menos, obligaba al hombre a poner un dios, allá donde su entendimiento encontraba límite, quedando de esta forma «la naturaleza -en una Sociedad precientífica- (...) totalmente sacralizada» (3). Hoy la labor de desmisterización y limpieza, la está llevando a cabo, cada vez con más competencia, la ciencia. Ella es la que está descubriendo ahora más que nunca, el por qué de todo, desmitifica el mundo, incluso a la religión misma, y nos aporta un Dios más puro y transparente; menos mágico, y más limpio del polvo de las cosas. Este «proceso de desarrollo», de socialización, de urba– nismo, etc., dice Antonio Alonso, (de industrialización, de descu– brimientos científicos, podríamos añadir nosotros) , condujo a otro que es su consecuencia. Y que en cierta manera los engloba a todos: al que desde Gogarten se llama proceso de seculari zación» ( 4). (3) ALONSO, A. «Comunidades eclesiásticas de Base (Teología-Sociología– Pastoral). Edic. Sígueme (Salamanca) 1.970, p. 135. (4) Ibídem. - 17 -