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En cuanto a su vida pública y política, entreverada con la lite– raria, L. B. Guerrero nos recuerda que Díaz Rodríguez lo llevó a la Cancillería el afio 1915, donde prestó sus servicios y donde llegó hasta la categoría de Embajador en Colombia. En Londres trabajó al lado del Dr. Diógenes Escalante y desde allí dio a conocer las ideas de José M~ Blanco White, las de Hudson en su libro "Mansiones Verdes" referente a Guayana y las de Cecil Jane en su estudio "Liber– tad y Despotismo en América Espafiola". Durante su vida diplomá– tica adquirió el dominio de las lenguas cultas de Europa y "evolucionó, como Bricefio Iragorry, hacia las más modernas concepciones políticas; y sirvió a la democracia actual en altos destinos con eficacia, honradez y coraje". En efecto, además de embajador, fue Delegado de Vene– zuela en las Naciones Unidas (1945-46), Representante del país en el Comité de Defensa del Continente (1942) en Montevideo (Uru– guay) y en el Comité Jurídico Interamericano de Río de Janeiro (Bra– sil) . También Presidente del Consejo Supremo Electoral (1961-1967 ) . En los últimos afias leí muchas veces comentarios del Dr. Arroyo Lameda en la prensa, que me hadan pensar más allá de lo rutinario de cada día. Sé que sus familiares se proponen recolectar ese material disperso y reeditar sus primeros libros ya agotados. Cuando esto sea y en algún acto de recordación, que le hará esta Academia, será el momento oportuno de estudiar en conjunto su obra escrita. Ahora y para concluir esta breve memoria, que estoy haciendo en nombre de todos los que fuimos sus com.pafieros, sólo diré que leí su discurso de incorporación, al que respondió Don Jacinto Fombona Pachano; lo desarrolló en doce puntos, que se me antoja definir como su credo literario; y recordando sus intervenciones en la Academia durante los afias que lo conocí, doy testimonio de que se mantuvo fiel a ese su credo hasta el día de su partida de entre nosotros cuando desempefiaba el cargo de Director Iqterino. Y ahora entremos ya en el tema de mi disertación, LAS LENGUAS INDIGENAS VENEZOLANAS Y EL CASTELLANO, que entronca perfectamente con los "Mil y un Años del Castellano Escrito", que estamos celebrando los de esa gran familia de 300 millones de hispano– hablantes, esparcidos por todos los Continentes de la tierra. De ese Castellano, salido de la ancha Castilla y extendido por estas Américas, -9-

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