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EL CÁNTICO DEL HERMANO SOL. UNA ESPIRITUALIDAD QUE QUIERE ALCANZAR A DIOS 815 necesita de algo que le permita salir de ese estado. Yeso lo puede lograr por medio del perdón. Nuestra vida se desarrolla en un contexto limitado y complejo, donde la propia fragilidad vuelve todo más complicado, volvien do a caer y haciendo el camino más dificultoso. Es la realidad de todo hom bre. Aquella que ha de trabajar, teniendo al Hijo de Dios como referente de perdón y entrega; viviendo en un itinerario de verdadera liberación. Francis co está teniendo presente que el perdón repara la ofensa sin recurrir al casti go, sutura la herida sin llevar a la muerte, recompone la armoní a cuando esta se habí a roto... Pero también es consciente de que el perdón solo tiene sentido si se hace por amor. Y esto tiene mucho que ver con la libertad hu mana. Dante Alighieri afirmará que el mayor don que Dios hace creando es, precisamente, dar al hombre libertad44. Este es el paso fundamental que el hombre ha de ser capaz de entender. El perdón es una expresión plena de libertad. Si no da ese paso serí a simplemente una renuncia más, en la que la justicia y la equidad se verí an afectadas. La conciencia es que el amor au téntico es capaz de llegar donde no lo logra la justicia. Este amor, que ha sido roto, se puede recomponer por medio del deseo de un amor más grande que es el que busca a Dios. Solo aquellos que se han sentido ofendidos, insultados y maltratados pueden perdonar por el amor que tienen a Dios. De esta manera convierten la ofensa en una oportunidad, al tiempo que reparan el mal causado por otros, invirtiendo la dinámica del mundo. Es la gran novedad que supone el cristianismo, ya que los paganos no conocieron el perdón, pues no tuvieron frente a ellos la misericordia di vina. Pero el perdón no es solo un misterio cristiano, sino que el dolor también lo es. Las tribulaciones y violaciones de la ley suponen la ruptura de la ar moní a. Suponen conflicto. Y, tanto en el campo fisico como en el moral y psicológico, la naturaleza conduce a la rebelión contra el dolor, dando lugar a un dolor mayor. Pero Jesús, con su entrega, hace del dolor un instrumento de gloria. El camino de la cruz se convierte en el camino de la reparación y de la redención, y los discí pulos del Señor toman esta cruz y lo siguen. El es el Maestro de la verdad y también del sufrimiento. También en este campo, el cristianismo ha subvertido el mundo pagano y se ha asegurado de que nadie quede excluido de la gloria de Dios. No solo los poderosos, los gran des, los sabios y los ricos, sino aún más y de manera más real y profunda, los pobres, los abandonados, los enfermos y los indigentes. — La muerte Loados seas, mi Señor~ por nuestra hermana la Muerte corporal, de la cual ningún hombre viviente puede escapar. 44. D. Alighieri, Divina Comedia. Paraí so, en Obras Completas, 468 [Canto V~ 19-20].
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