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810 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 3.4. Las diversas partes Entremos ahora, de manera somera, a ver algunas referencias e imáge nes presentes en cada una de las estrofas del Cántico. Aquello que estarí a en el alma del Poverello, pero también lo que nos sugiere a nosotros hoy, o cómo lo leemos e interpretamos. — El hermano Sol Altí simo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti solo, Altí simo, te convienen y ningún hombre es digno de hacer de ti mención. Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas especialmente el señor hermano Sol, el cual es dí a y alúmbrasnos por él. Y él es bello y radiante con gran esplendor~ de ti, Altí simo, lleva significación. Después de la introducción que descansa sobre la grandeza de Dios —como decí amos antes— Francisco tiene presente la obra de todas las criatu ras. Las cosas creadas tienen la misión de recibir luz de Dios y difundirla; recoger gloria y honor y derramarla sobre El. La luz es la primera criatura (recuerdo de Génesis) que lleva el mensaje divino. La fuente primera e in mediata de esta luz es el sol. Por eso le dedica el primer lugar, que es tam bién una manera de homenajearlo. En esa misma lí nea Manselli, afirmará que “el lirismo con el que exalta el sol benéfico, es, a un mismo tiempo, sí mbolo del poder divino”41. La idolatrí a —la ceguera— de los hombres detu vo la mirada al sol. El hombre se ha hecho nuevas imágenes del sol, convir tiéndolos en verdaderos objetos de veneración. Y, en este sentido, la fe pone en orden la jerarquí a de valores. El sol, además, ha creado el dí a, la luz, la vida, la visibilidad, la posibili dad de acción... La diferencia entre dí a y noche proviene del sol que crea el dí a. La potencia activa de los seres que pueblan la tierra. Además, es el sol quien marca el ritmo del tiempo. Y el verdadero sujeto del verbo iluminar es el Señor, el sol es una causa instrumental. Dios es nuestra luz, nuestro calor y nuestro confort, causa y condición de nuestra vida y felicidad. — La hermana luna Loado seas, mi Señor, por la hermana Luna y las Estrellas en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas. 41. R.Manselli, San Francesco d’Assisi, 139.

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