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30 M iguel A nxo P ena G onzález ello, se detiene también en el término que utiliza. Juega, a este respecto con algo falso, que pudiera tener apariencia de verdad, o aquello que resulta con- trario a la lógica o a la opinión común. Por este motivo se vale de la etimología del término griego en la evolución y comprensión que los filósofos han hecho del mismo. 4.2. Aportación litúrgico-pastoral Aunque algunos de sus ensayos han pasado casi inadvertidos, vistos en el contexto propio, tienen una gran importancia. El más significativo es su Expositio libri missalis peregria (1528) que, ya en su forma externa, rezuma un claro sabor renacentista. Así, en el vuelto de la portada nos encontramos con una xilografía en la que se ve a san Ildefonso recibiendo la casulla de la Virgen, con una frase alusiva a partir de Sir 15,2. La ilustración lleva el escudo de los Fonseca, lo que muestra la vinculación de dicha obra con el arzobispo, identificando a la misma con un proyecto humanista bajo el patronazgo del cardenal impulsor de las ediciones de Erasmo en Alcalá. 83 No parece que sea un dato sin importancia sino, muy al contrario, nos está hablando de una inten- cionalidad manifiesta. En la página siguiente (fols. 2r-v) se encuentra la Carta proemial que, ya en su forma externa, vuelve a reflejar el estilo humanista, lo que no tendría ningún sentido si Ciruelo fuera un autor medieval. En el reverso de la portada Ciruelo expone que la obra pretende seguir la senda emprendida por Enrique de Hamusco en su Apiarium , 84 por lo que nos pone sobre la pista de ofrecer obras que ayudasen a la predicación o, más en concreto, a la liturgia –en un sentido amplio– 85 lo que se concreta también en la confesión y la predicación e, incluso, en una incipiente espiritualidad sacerdotal, que coincide con el momento de crisis en las formas de vida sacer- 83 Para la ficha catalográfica de la obra, véase Martín Abad, La imprenta en Alcalá , 360-362, n. 195. 84 Expositio libri missalis peregregia nuper edita ex officina sapientissimi viri tam humanarum quam sacrarum litterarum professoris, diuinique verbi predicatoris zelantissimi Petri Cirueli Daro- censis. Addita sunt et tria eiusdem autoris opuscula. De arte predicandi, De arte memorandi et De correctione kalendarij (in Complutensi Achademia: in aedibus Michaelis de Eguia, 1528), 2v. 85 Enrique Llamas entendía que se trataba de una obra de carácter teológico, mientras que Mel- quíades Andrés las ubicaba entre las de espiritualidad. Parece más acertada la apreciación de Andrés Martín, no solo considerando el contenido concreto de la obra en cuestión, sino también la función concreta para la que fue pensada, puesto que se trata de una obra que tiene la intención de alimentar la espiritualidad sacerdotal de su tiempo, al tiempo que dota a los presbíteros de herramientas ade- cuadas para su ministerio. Al que, por otra parte, resulta novedoso. Cf. Melquíades Andrés Martín, La teología española en el siglo XVI , vol. I (Madrid: BAC, 1977), 181; Enrique Llamas Martínez, “El Apothegmatum opus de Erasmo en una lectura salmantina, 1533-1550”, en El erasmismo en Es- paña. Ponencias del coloquio celebrado en la Biblioteca de Menéndez Pelayo del 10 al 14 de junio de 1985 , ed. por Manuel Revuelta Sañudo y Ciriaco Morón Arroyo (Santander: Sociedad Menéndez Pelayo, 1986), 232.

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